La crispación política

•marzo 25, 2009 • 5 comentarios

Desde hace ya un año se produce un enfrentamiento a muerte entre los dos grandes partidos nacionales, el PSOE y el PP. Zapatero y Rajoy, principales líderes de estas dos formaciones políticas, pero especialmente sus correligionarios en el hemiciclo, han debatido desde entonces sobre multitud de cuestiones de forma escesivamente agrasiva, sin concesiones de ninguna clase a lo que debe ser  la cortesía parlamentaria, el respeto al contrario y a sus planteamientos, y la presunción de la buena fé en la acción política. Se han visto comportamientos en Congreso de los Diputados altamente inapropiados; y, sobre todo, se han oído cosas terribles, que hace sólo un año hubieran resultado escandalosas como el ataque a la vida privada de unos políticos a otros. 

¿ Responde esta crispación de la clase política al sentimiento social?quiza debido a esto la sociedad tambien tiende a la crispación más que al uso de la política de forma respetuosa y apropiada¿ Realmente están los ciudadanos tan enfrentados entre sí, dependiendo de su afinidad política? por desgracia cada vez más.  ¿ Consideran los españoles tan dramática y grave la actual problemática política catalana, por ejemplo, la referida al cuestionado sistema de financiación de las Comunidades Autónomas,la de la LOE, o la que tiene que ver con el reconocimiento de derechos civiles a los homosexuales? sí, y es normal en parte, pero lo que no es normal es la forma de actuar y de defender los ideales, se esta perdiendo la educación…

Teología contra Ateísmo

•marzo 9, 2009 • 4 comentarios

Básicamente son los dos caminos que se le presentan al ser humano en cuanto al sentido de su existencia.

 Desde su nacimiento el hombre se encuentra con una realidad demasiado compleja, imposible de ser explicada debido a que la inteligencia de éste no llega hasta el punto necesario y es entonces cuando, por regla general, interviene una primera influencia de los padres o tutores. Ciertamente un niño no tiene la oportunidad de elegir una primera manera de dar sentido a su vida ya que esta le será «impuesta» por la educación que reciba. Otro factor determinante es la cultura de la que una persona se ve rodeada y la que le es transmitida a lo largo de sus estudios que la conducirán a la teología o al ateísmo:

Al fin y al cabo la teología (occidental) no es otra cosa que las influencias que han tenido las distintas culturas a lo largo de la historia sobre la fe cristiana. 

La Biblia nos sitúa en el tiempo de Augusto César y de Poncio Pilato del mismo modo que en el libro de los Hechos hay mucha información sobre Roma. La Iglesia Cristiana surgió durante la época del Imperio Romano, el cual fue caracterizado por la cultura grecolatina o también conocida como cultura clásica. Hubo muchas corrientes filosóficas en aquel tiempo y cultos de influencia mística, el apóstol Pablo trató de adaptar el evangelio a estos grupos. Más tarde el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio romano, principalmente por razones políticas, sin embargo las ideas paganas, tanto como las estructuras de los sistemas filosóficos ejercieron tanta influencia sobre la teología que esta se torno más filosófica que bíblica. El desarrollo más significativo de la Iglesia Antigua fue, tal vez, la definición básica de las doctrinas claves: la divinidad de Cristo y la Trinidad. 

Durante los siglos subsiguientes a la caída del Imperio Romano, la iglesia cristiana entro en decadencia. Los Musulmanes conquistaron mucho territorio del lado oriental del imperio, el cual había sido cristiano hasta entonces. Por otro lado, el cristianismo de occidente también comenzó a declinar. En el siglo XI se produce un renacimiento de la teología con Anselmo de Canterbury y su famosa “prueba de la existencia de Dios”

En el siglo XIII, Tomas de Aquino, uno de los teólogos más importantes de toda la historia cristiana escribió su gran obra “Summa Teológica”. Esta obra es un compendio de todas las doctrinas básicas de la fe cristiana. La teología de Aquino ha sido la base de la teología católico-romana hasta el siglo XX. 

Durante la primera parte del siglo XVII la situación en Europa era caótica debido a las controversias, algunas de ellas muy sangrientas, entre los grupos reformadores y la Iglesia Católica. Los seguidores de Lutero y Calvino buscaban un apoyo teórico para defender sus posturas: Irónicamente lo encontraron en la filosofía de Aristóteles, la misma que Lutero había rechazado en la teología de Santo Tomas. 

En el siglo XVIII los católicos y los protestantes debatieron sobre la misma base metodológica; sin embargo, con el surgimiento del método científico y de nuevas escuelas de filosofía, la importancia de Aristóteles comenzó a disminuir. El acontecimiento crucial en este proceso fue la publicación de la Critica de la Razón Pura (1781) por el filosofo alemán Emmanuel Kant. En su obra, Kant lanza una dura crítica no solo a la filosofía aristotélica sino a toda la filosofía de su tiempo. Por medio de un análisis brillante, demostró que todos los argumentos racionales para probar la existencia de Dios no tenían ninguna validez. Según Kant, era imposible saber si Dios existe o no.

 Durante el siglo XIX la ciencia tomo nuevos rumbos, especialmente en la biología (el evolucionismo de Charles Darwin); la psicología (el psicoanálisis de Freud); y las ciencias sociales (las obras de Karl Marx, Emile Durkheim y otros). Todo esto constituyo un desafío para la teología. Sin embargo, la Iglesia Católica experimento un renacimiento tradicional en el mismo siglo con el Concilio Vaticano II. El dialogo entre católicos y protestantes es muy intenso desde entonces. La teología católica es muy vigorosa pero no tiene dirección específica. A pesar de los intentos del papa Juan Pablo II en el área de evangelización, el rumbo católico no es muy definido.

 

Después de este pequeño recorrido histórico por la teología es el turno del ateísmo:

 

Es casi un axioma la afirmación de que no existe el ateísmo en la Antigüedad (entendiendo “Antigüedad” como los periodos grecorromano e israelita)

En el mundo judío antiguo, a juzgar al menos por la literatura conservada, tanto canónica como pseudoepígrafa, no se dio el ateísmo tal como lo entendemos hoy.

Los argumentos más importantes que han conducido a lo largo de la historia, sobre todo en la época moderna, a la negación de la existencia de Dios, como el mal en el mundo y consecuentemente la ausencia de justicia, etc., fueron sentidos vivamente por algunos de los autores de la Biblia pero a ninguno de los dos se les pasó por la cabeza declararse ateos, sino todo lo contrario. 

Se podría afirmar con alguna seguridad que sí existió un cierto ateísmo en la antigüedad, y que es rastreable, aunque los rasgos de tal ateísmo no se correspondan con exactitud con los que desde la época moderna puede tener este concepto. Es necesario matizar la definición de “ateísmo”, o considerarlo como un concepto un tanto laxo, y teniendo en cuenta el espíritu de aquellos tiempos buscar los gérmenes y rastros del ateísmo antiguo en la lucha contra las dioses de la ciudad o en la conformación de determinadas concepciones filosóficas del universo y del hombre que excluían de hecho la existencia de los dioses, aunque, a veces, como fue el caso de Empédocles y su física totalmente materialista que diviniza sólo el azar, nunca lo afirmara expresamente, al menos en lo que de él queda.

El ateísmo antiguo sería, pues, no un ateísmo dogmático, sino la perfecta indiferencia respecto a la cuestión de la realidad ontológica de los llamados dioses por el vulgo.  

Otro aspecto importante es que el ateísmo era un tema estrictamente privado, y, en contra de lo que pasaría luego en la cristiandad, su formulación teórica privada no preocupaba para nada a los poderes públicos presuntamente aliados con la religión. 

“Ateo”, sin embargo, desde el punto de vista social y político, era en la Antigüedad aquel que de algún modo hacía temblar la constitución de la sociedad, pues perturbaba la paz pública al no reconocer los dioses que honraba la ciudad o el estado. De este modo se explica que tanto los cristianos como Sócrates sufrieran persecuciones acusados de ateísmo.  

 

Más tarde en la Edad Media el ateísmo fue un fenómeno socialmente minoritario, lo seguirá siendo hasta el siglo XVIII. En la sociedad medieval europea, profundamente católica, era difícil que se diera. 

El materialismo y la resistencia a la iglesia católica fue la marca del humanismo renacentista. La visión ateísta reaparece en algunos filósofos renacentistas, como Pietro Pomponazzi y las palabras ateo y ateísmo empezaron a emplearse en francés a partir del siglo XVI. 

El ateísmo aumentó sustancialmente en el siglo XIX, paralelamente al desarrollo de la ciencia natural y la filosofía positivista. 

En el siglo XX, con el surgimiento de los estados socialistas, el ateísmo pasó de ser una postura minoritaria a ser una política de Estado. Principalmente en la Unión Soviética, el afán del estado por imponer el ateísmo materialista derivado del marxismo fue causa de persecución para las diversas religiones practicadas en esos países.

Contrapuestos a estos estados, la mayoría del resto de los países del mundo institucionalizaron la separación de la Iglesia y el Estado, declarando el estado laico, siendo los países árabes la principal excepción. A lo largo del siglo XX ciertos países del bloque socialista adoptaron la laicidad en favor del ateísmo de estado.

El siglo XX también vio enormes avances en la ciencia, y el ateísmo o el escepticismo se convirtieron en las posiciones más comunes entre los científicos.

Con la caída del bloque socialista en los años 90 del siglo XX, las religiones en los antiguos países socialistas retomaron parte de su antigua importancia, si bien el ateísmo continúa siendo muy común en estos países.  

 

 Y, por último, lo que acaba definiendo la posición definitiva de una persona son sus propias vivencias en la vida cotidiana.

De este modo se puede observar que una persona atraviesa varios periodos en su vida que pueden producir un cambio en sus creencias, una persona puede ver el dolor y la pobreza del mundo, y afirmar que Dios no existe porque no consintiría algo así, sin embargo el eje de la cristiandad , Jesús, vivió toda su vida humildemente y murió de forma muy dolorosa. Son varios los argumentos que se mueven en los debates entre ateos y creyentes pero lo que en todos coincide es que se basan en la razón.

En mi opinión, creo que ciertamente todo en el universo debe estar regido por una lógica y que todas las respuestas podrían ser alcanzadas por medio de la inteligencia pero el ser humano no alcanzará nunca el conocimiento de la realidad porque no tiene la capacidad intelectual para conseguirlo. Sin embargo existe otro camino, la fe, que ha dado más respuestas a preguntas existenciales que la razón y, si hay algún camino por el que el hombre pueda llegar al conocimiento de la existencia, es este.